Antes de empezar, no me he olvidado de la tercera parte de “Curiosidades y disfuncionalidades fronterizas”, simplemente me quise tomar un descanso porque tengo la neurona sobrecalentada y en estas condiciones no es muy productiva que digamos. En consecuencia, hoy vamos con una entrada un poco más gráfica y menos intelectual… así recreamos los ojos un rato y le damos descanso a la neurona, ¿les parece? Ahora sí, empezamos:
Yo tengo que confesarles que odio volar. Y claro, suena extraño en una persona como yo que no ve la hora de que lleguen las vacaciones para salir raudo y veloz al aeropuerto para irse a algún lugar extraño de este planeta… pero esa es la realidad. Amo viajar pero ODIO volar. Los aviones me dan pánico, los despegues me producen casi la misma angustia que me produciría una elección donde Uribe fuera a ganar nuevamente – y créanme, eso es casi el fin del mundo -, me sudan las manos, sufro con las turbulencias. Mejor dicho, no tengo vida desde que me monto en el avión hasta que el capitán o algún auxiliar de vuelo dice las palabras mágicas: “hemos iniciado nuestro descenso hacia…”. Ahí ya soy un niño feliz. Amo el aterrizaje y en ese mismo instante desaparecen todos mis miedos. A partir del inicio del descenso, el avión puede subir, bajar, dar botes, desarmarse en el aire y yo fresco como una lechuga… Es extraño, lo sé, pero saber que en menos de 10 minutos me voy a bajar de ese aparato es extremadamente reconfortante.
Pero bueno, no vinimos a hablar de mis disfuncionalidades aéreas sino de uno de esos temas extraños que a mí me apasionan. Y es que la mayoría de los aerofreaks – como me dijo mi amigo Beto – hablamos de aeropuertos, aerolíneas, rutas, hubs y demás… pero pocos nos ponemos a analizar qué pasa justo antes de aterrizar, ¿se han dado cuenta? Es decir, cuando uno viaja, uno quiere llegar a su destino pero poco se habla de esos momentos previos al aterrizaje que, en mi concepto, son la gran joya de los viajes en avión. Por ejemplo, si uno mira por la ventana antes de aterrizar en Nairobi – y claro, si está de buenas – puede ver la nieve en la punta del monte Kilimanjaro en Tanzania… ¿o qué me dicen de la sierra blanca en Perú antes de aterrizar en Lima? ¿O el altiplano andino antes de aterrizar en Bogotá? ¿O la costa croata cubierta de nieve en invierno antes de aterrizar en Tirana? ¿O las plantaciones de palmas antes de aterrizar en Kuala Lumpur? Bueno, pues justamente esos momentos previos al aterrizaje es lo que vamos a mirar en la entrada de hoy. Empezamos con algunas de las fotos que yo he tomado y si no sale muy larga la cosa, luego seguimos con algunas fotos de amigos míos o algunas curiosidades que se encuentra uno en internet… veremos cómo nos va.
Y para entrar en calor, hagamos los anuncios como es debido: “Damas y caballeros, hemos iniciado nuestro descenso hacia Bogotá, Lima, Tirana, Nairobi, Johannesburgo, Bujumbura, Estocolmo, etc, etc, etc. Les recordamos que deben enderezar los espaldares de sus sillas, guardar sus mesitas individuales, ubicar todas sus pertenencias en el compartimiento superior o debajo de la silla frente a usted y apagar todos los aparatos electrónicos ya que pueden interferir con las comunicaciones de la aeronave. Para Aerolíneas Blog de Banderas ha sido un placer haber contado con su presencia y los esperamos en sus futuros viajes”. Ah, y una última cosa, me perdonarán las ventanillas de los aviones y alas que se puedan atravesar en las fotos… es difícil a veces que no salgan.
Bujumbura, Burundi
Aerolínea: South African Airways
Ruta: Kigali, Rwanda – Bujumbura, Burundi
Burundi es el país del mundo con la menor tasa de urbanización. Únicamente el 10% de su población vive en las ciudades – principalmente en Bujumbura – y es seguido por Papúa Nueva Guinea y Trinidad y Tobago con tasas del 12% y 13% respectivamente. Esto, claro, se evidencia al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Bujumbura que se ubica en las afueras de la ciudad. En todo el descenso, lo único que se ve son muchos árboles, algunos ríos y una que otra carretera despavimentada. Las casas sólo aparecen en la última etapa de aproximación pero son bastante escasas… Digamos que es un aterrizaje bastante rural. Ahora, en Bujumbura, lo interesante en mi concepto es el despegue que permite ver las poblaciones ubicadas en la costa del imponente Lago Tangañika – y enfatizo la palabra imponente -. Ojalá hubiera ido al otro lado del avión para poder captar a Bujumbura desde el aire… pero bueno, no se logró. Los dejo con las imágenes del descenso a Bujumbura, luego del Aeropuerto Internacional – que en mi concepto, parecen 3 naves espaciales juntas – y luego, del despegue sobre el Lago Tangañika. Aquí están:






















Mascate, Omán
Aerolínea: Oman Air
Ruta: Mumbai, India – Mascate, Omán
El vuelo entre Mumbai y Mascate es más bien aburridor. Casi todo el vuelo transcurre sobre el Océano Índico y es poco lo que hay que ver. Sin embargo, el aterrizaje es en mi concepto maravilloso. De un momento a otro aparece un desierto de color ocre que corta el azul del mar al que ya uno venía acostumbrado durante las 4 horas anteriores y modifica por completo el panorama. Los últimos 10 ó 15 minutos de vuelo transcurren entre grandes piedras de arena, algunas pequeñas dunas, islas de arena muy pequeñas y, justo antes de aterrizar, Mascate, sus parques, sus casas y sus autopistas se ven por la ventana del avión. Lo curioso del asunto es que, al aterrizar, uno cree que sólo va a ver desierto pero extrañamente, Mascate es una de las ciudades más llenas de parques y flores que he visto en mi vida. Reconfortante, indiscutiblemente, porque contrasta de una forma maravillosa con las montañas de piedra y las grandes extensiones de desierto que se encuentran alrededor de la ciudad.
















Tirana, Albania
Aerolínea: Augsburg Airways (Lufthansa)
Ruta: Munich, Alemania – Tirana, Albania
Y este vuelo sí es absolutamente alucinante, particularmente en invierno cuando las montañas están cubiertas de nieve. Saliendo de Munich, el avión gira al sur y el viaje empieza con los Alpes austríacos, luego continúa a lo largo de la costa del Mar Adriático y si uno está en lado adecuado del avión, verá 2 horas de mar al lado de unas montañas impresionantes cubiertas de nieve. Es uno de esos lugares que simplemente te quita la respiración… sobre todo las pequeñas bahías y colinas en la costa croata. Al final del viaje, el avión entra en una turbulencia aterradora a medida que ingresa en el cañón ubicado entre dos cadenas de montañas que finalmente lo llevará al aeropuerto internacional Madre Teresa en Rinas, aproximadamente a 40 minutos de Tirana, la capital albanesa. Al aterrizar, a pesar de que el aeropuerto se encuentra en un valle, las montañas que se ven en la distancia son simplemente impactantes. En mi concepto, el de Tirana es uno de los aeropuertos más escénicos que he visto.















Windhoek, Namibia
Aerolínea: South African Express
Ruta: Ciudad del Cabo, Sudáfrica – Windhoek, Namibia
Otro aterrizaje alucinante. Cuando se va a una ciudad capital, uno espera poder ver algo de civilización cuando está aterrizando, ¿no creen? Pues éste no es el caso en Windhoek. El avión empieza a descender sobre el desierto del Kalahari y uno no ve NADA. No hay casas, no hay carreteras, no hay aldeas, no hay ciudades, no hay luces… no hay nada. Sólo desierto y nada más que desierto… Y claro, uno piensa: ¿dónde carajos va a aterrizar este señor? Y sí, en medio de la nada y con desierto por todas partes, aparece de repente la pista del Aeropuerto Internacional Hosea Kutako de Windhoek. El paisaje es simplemente hermoso, no sólo cuando se está aterrizando sino después en el trayecto de casi una hora entre el aeropuerto y la ciudad. La aventura que siempre resulta ser Namibia empieza desde el mismo momento en el que el piloto dice “we have started our descent to Windhoek”… Y aquí mi recomendación: Vayan, pocos países tan maravillosos como Namibia.







Kuala Lumpur, Malasia
Aerolínea: Malaysian
Ruta: Singapur, Singapur – Kuala Lumpur, Malasia
Y el vuelo Singapur – Kuala Lumpur es bastante corto… de hecho me sorprendió que el avión no asciende mucho durante el trayecto y es bastante fácil tomar fotos de la tierra. Se ven poblados, autopistas, aeropuertos pequeños, etc. Pero más allá, se ve algo que a mí me llamó mucho la atención, básicamente por es muy difícil ver fronteras internacionales desde el aire: el Estrecho de Joror con el puente internacional que une a Singapur con la ciudad malasia de Joror Bahru. La parte final del vuelo está dominada por grandes plantaciones de algo que parecían ser palmas (no sé si eran plátanos, palmas de cera… en fin, no tengo ni idea) pero las podrán ver en las últimas fotos. Como en Windhoek, uno tiene el sentimiento de aterrizar en la mitad de la nada porque no se ve civilización por ningún lado. Después me enteraría que el aeropuerto está a aproximadamente 80 kilómetros al sur de Kuala Lumpur en la mitad de un área que ha sido históricamente dedicada a la agricultura.















Gaborone, Botswana
Aerolínea: South African Express
Ruta: Johannesburgo, Sudáfrica – Gaborone, Botswana
El vuelo de Johannesburgo a Gaborone es corto, aburrido y, sobre todo, aterrador. El avión es diminuto y, en consecuencia, sube, baja, da vueltas en el aire, se mueve para allá, se mueve para acá y yo a punto de infarto. Gran parte del trayecto está dominado por un pseudo-desierto con algunas manchas verdes y algún río o lago por ahí perdido. Lo interesante es el descenso porque el avión literalmente le da la vuelta a la ciudad de Gaborone y un adicto a las fotos aéreas como yo puede tener acceso directo a la ciudad. Abajo encontrarán una de las pocas, poquísimas cosas interesantes que tiene Gaborone: las fotos aéreas. En esta entrada les cuento por qué no hay que ir a Gaborone NUNCA a menos que ustedes quieran morir literalmente de tedio… un tedio extremo, profundo que carcome sus almas y sus cuerpos. NO vayan a Gaborone. Por ahora les dejo las fotos:










Nairobi, Kenya
Aerolínea: South African Express
Ruta: Johannesburgo, Sudáfrica – Nairobi, Kenya
Y en este vuelo sólo diré 2 cosas: 1. Monte Kilimanjaro y 2. Parque Natural del Serengeti. ¿Hay necesidad de decir más? Los paisajes que se ven desde el avión son simplemente espectaculares… sobre todo porque se vuela sobre Zimbabwe, Zambia, Malawi y Tanzania, países llenos de ríos, praderas, lagos, montañas y demás. Repito, los paisajes son maravillosos. Los dejo con las fotos del Kilimanjaro desde el aire y luego de las praderas del oriente africano. Al final, la aproximación al aeropuerto de Nairobi con la ciudad al fondo.














Ciudad del Cabo, Sudáfrica
Aerolínea: South African Express
Ruta: Durban, Sudáfrica – Ciudad del Cabo, Sudáfrica
Y ésta es mi ciudad favorita en el planeta. El aterrizaje es una cosa loca porque permite ver los valles vinícolas cerca del Cabo, luego las montañas que hacen parte de la cadena montañosa de la Mesa – generalmente con acantilados que bajan desde los 1000 metros hasta el nivel del mar -, luego Robben Island – la isla donde estuvo preso Mandela – para terminar con unas panorámicas maravillosas de la ciudad. Es todo un tour aéreo antes de aterrizar en el aeropuerto internacional. Si alguna vez van al cabo, no se permitan dormirse en el descenso final, no se lo perdonarían jamás.











Bogotá, Colombia
Aerolínea: Avianca
Ruta: Varios vuelos
Y terminamos en mi casa: Bogotá. Y aquí tengo que confesarles que a mí el aterrizaje en Bogotá me gusta mucho. El avión generalmente tiene que seguir derecho hacia el occidente y luego girar al oriente para sobrevolar la sabana de Bogotá antes de aterrizar. La sabana es verde intenso, casi fluorescente, y está llena de cultivos de flores y pequeños riachuelos. Además, el aterrizaje permite ver las montañas llenas de árboles que sobresalen del altiplano y, en mi concepto, le dan un toque único al lugar. Ahora, esto pasa cuando ustedes aterrizan desde el occidente – que son las últimas fotos de esta sección -. Si por el contrario caen en desgracia y les toca aterrizar desde el oriente – cosa bastante rara pero que ocasionalmente ocurre -, lo que verán por la ventana del avión serán zonas de Bogotá con una densidad de población bastante alta con algunos humedales y parques que le dan toques de verde a la ciudad. Les dejo las fotos:





















Y hasta aquí llegamos por hoy. Pero antes de terminar, ¿saben una cosa? Me gustaría que me ayudaran con la segunda parte de “Mirando por la ventana antes de aterrizar…”. Entonces, ¿tienen fotos de los aterrizajes en diferentes lugares del mundo? ¿Me las podrían enviar con uno o dos párrafos que nos narren la historia del aterrizaje? Las donaciones se reciben al correo blogdebanderas@gmail.com. Ahora sí, feliz noche y espero que hayan disfrutado los aterrizajes de hoy. Nos vemos en una próxima oportunidad y, como siempre… ¡Adiós pues!
Ame las fotos! Especialmente la última de Omán y la penúltima de Bogotá! Excelente entrada 🙂
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son super bonitas
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Los 3 que más me gustaron: 1) Tirana: picos impresionantes, 2) Ciudad del Cabo: ya veo porqué le gusta tanto y 3) Bogotá. Duda, ¿al fin es Eldorado o El Dorado?. Como siempre, gracias 🙂
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1. El aterrizaje en Tirana es orgásmico. Amé ese vuelo (muy a pesar de que el aire acondicionado se dañó y yo pensé que el avión se estaba incendiando del calor tan horrible que hizo jajajaja… así soy de disfuncional). 2. Créame, Ciudad del Cabo es maravillosa. Y 3. De hecho es Eldorado (pegado), pero a mí me parece horroroso y me declaré en desobediencia civil 😛
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Unas fotos genialérrimamente genialísimas. El viaje München-Tirana ha de ser magnífico, y lo mismo el Durban-Kaapstad. Y la verdad, a mí me gustó la vista aérea de Gaborone xD
Ya me gustaría a mí poder echarme unos viajecillos en avión así.
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La vista aérea de Gaborone es linda… El tedio extremo empieza apenas uno toca tierra… Luego haré una entrada para contarles por qué uno NUNCA debe ir a Gaborone 🙂
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yo tambien pienso lo mismo:-
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Estupendas fotos. ¿Nunca has tenido problema en fotografiar cuando el avión aterriza? Más de una vez, azafatas en muy mal modo me han hecho apagar la cámara.
Algún día me gustaría leer tus experiencias con los oficiales de migraciones de los diferentes paises. Debe haber jugosas anécdotas y problemas también… ¿No? Lo mismo que compartas los diferentes sellos y visas en los pasaportes.
Gracias por todo.
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Hola Patricio
La verdad no, nunca me han dicho nada por tomar fotos aterrizando… De hecho, si no estoy mal, las cámaras no están dentro de los aparatos eléctricos que no se pueden usar en vuelo… Pero puedo estar equivocado.
Con los oficiales de inmigración tengo un par de historias interesantes… Extrañamente, la mayoría son en el mundo desarrollado (EEUU, Nueva Zelanda…) te las cuento después… Y voy a escanear mis pasaportes y miramos qué sellos salen de ahí.
Saludos
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Pues a mí una azafata de Air Europa me dijo que no se podía, que estaba entre los aparatos prohibidos…
Espero las anécdotas con los oficiales de inmigración.
Saludos!!
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me encanta como atrapas contando tus historias !
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Tenemos pendiente el viaje a Sudán del Sur juntos 😛
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Ya se a quien pedirle consejo cuando quiera viajar!!! Me hiciste acordar cuando era pequeña y le decia a mi mama que antes de aterrizar en Bogotá parecía un pesebre con carritos. Don Mapache, muy cheveres las fotos y con el gusto que describes, sabes dejar el impulso de alistar maletas y salir. Felicitaciones y seguiré atenta a la próxima entrada 😀
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¿Entonces viaje a Fiji en diciembre señorita? Jajajajaja
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no te entiendo
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Me prometieron Estocolmo y no apareció… 😦
Solo desde hace poco estoy tomando fotos en vuelo. En el de Seattle tengo algunas, aunque mis mejores recuerdos fue volando sobre los Alpes camino a Milán. Pero de aterrizajes pocas
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Tiene razón don Mao… Es que después me di cuenta que las fotos que tenía eran de noche y en medio de una tormenta de nieve brutal. ¿Aún así las quiere? Las puedo incluir en la parte 2 🙂
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Si cree que vale pena sí. Si no, podemos obviarlas jeje
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¡Extraordinario tu blog! Llegué aquí gracias al querido Coke Deportes (que como sabrás, es todo un personaje en Chile, conductor de un noticiario en el principal canal deportivo de TV en Chile, entre múltiples actividades, además de ser un muy buen muchacho) y desde hace unas semanas lo sigo frecuentemente, aunque nunca había comentado. Quería mandarte mis más sinceras felicitaciones y modestamente pedirte que puedas terminar el post (o “entrada” como llaman ustedes) de los nombres de los países, que realmente me encantó.
¡Un abrazo desde Chile!
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Claro, Coke es un gran amigo que conocí por el blog. Oye, esas entradas de los nombres de los países las tengo pendientes… La verdad es que me quitan mucho tiempo y he estado bastante ocupado. Te prometo que las retomo pronto. Saludos desde Bogotá.
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¡Las esperamos con ansias! Un gran saludo, nuevamente te felicito por lo que haces, porque no sólo es informativo sino que tienes una forma de narrar muy entretenida. ¡Saludos desde Santiago!
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¡Muchas gracias Darío!
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Mapache, como siempre me encantan tus entradas. Yo puedo colaborarte pero con un video y unas cuantas foticos. Te sirve?
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Dale, mándalos 🙂
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Otra fantástica entrada. Realmente bonito el descenso sobre ciudad del Cabo ( tengo muchas ganas de ir a ver si algún día puedo) y sobre Omán. Yo el descenso más curioso que tuve fue cuando aterrizé en Quito (capital de Ecuador), rodeado de volcanes y con el aeropuerto literalmente en medio de la ciudad (aunque supongo que tu ya conoces ese aeropuerto o alguno similar, debido a la cercanía de Quito a Colombia).
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El descenso en Quito es aterrador… Un gran amigo mío es piloto en Avianca y alguna vez tuve la oportunidad de aterrizar en Quito en la cabina del avión… Creo que murieron todos mis parásitos jajajajaja
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A propósito de descensos aterradores, el que lleva al aeropuerto de Pasto es terrible, no se da uno cuenta de que esta llegando hasta que ve la pista en medio de las montañas. La pista esta en la parte superior de la única meseta que hay alrededor. Además por la zona geográfica, el avión (pequeño) se mueve como un juguete…
Que buenas entradas, siempre me entretengo mucho leyéndolo.
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¿Tienes fotos del aterrizaje en Pasto? Sería una maravilla para la parte 2 🙂
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Infortunadamente la última vez que fui a Pasto no existían las cámaras digitales. sin embargo espero ir pronto… Ya veremos
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Me encantó esta entrada, tanto que me tomé el atrevimiento de hacer un aporte para la segunda parte 🙂
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Que buen método desparasitante señor… jajaja. Excelente entrada y me dejaste muy intrigado con eso de NUNCA viajar a Gaborone… Lo entiendo de India ya que comparto sus ideas sobre ir a aquel lugar, pero la capital de Botswana me despertó la curiosidad. Voto las fotos del vuelo a Tirana y el avión de Air Burundi.
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Arturo, ya puedes leer la entrada sobre Gaborone aquí: https://blogdebanderas.wordpress.com/2012/11/06/gaborone-una-ciudad-que-nacio-para-materializar-el-tedio-extremo/
Saludos.
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Excelente entrada como siempre compadre, buenas fotos, lastimosamente creo que nunca pueden transmitir la misma sensación que tiene uno cuando experimenta el aterrizaje… buscaré en mis archivos a ver si encuentro algo para colaborarle pero creo que no hay mucho…
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Eso compadre, colabore con la causa 🙂
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Hola. Es la segunda vez que escribo y otra vez te digo felicidades por tu blog. No soy de tomar fotos de aeropuertos o aterrizajes, pero si he tomado unas poquitas. Con gusto te las mando para la segunda parte. Y debo decir que me encantó el aterrizaje en Tirana. Y también quiero agregar que yo no veo tan malo el que se vean las alas o turbinas de los aviones, desde mi perspectiva les dan a las imágenes un encanto extra. Saludos desde México y te mando archivos. Ciao
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Hola Fernando. Tienes razón, el vuelo a Tirana es MARAVILLOSO. Lo repetiría mil veces. Y vale, espero las fotos que me envíes… me servirán mucho para la segunda parte. Saludos desde Bogotá.
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Listo, ya mandé unas fotos. Espero mandarte a tiempo otras por si se merecen publicarlas. Espero un día volar rumbo a Tirana. Ciao
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Mi vista favorita, de todas las que he disfrutado (no son demasiadas, me temo) es la del aeropuerto de Ginebra. Los Alpes suizos parecen amenazadoramente cercanos cuando la aeronave está próxima a tomar tierra. Casi se pueden tocar desde el avión. En invierno, con todo nevado, debe ser todavía más espectacular.
En otra ocasión (que narré en una épica entrada en Fronteras, para más info y descubrimiento de mis disfuncionalidades vitales, buscar en Google “Cosas que hacer en Europa cuando estás muerto de frío”) atisbé una desmesuarada extensión blanca, tan ancha como Groenlandia, o así, mientras nos acercábamos al aeropuerto parisino de Orly. Era el invierno de 2009, el más frío que se recuerda por estos lares, y no había nada entre Normandía y Belgrado que no estuviera cubierto por un palmo de nieve.
Y claro, Manhattan. He volado desde y hasta dos aeropuertos de NYC (me falta Laguardia) y en ambos, si se está en el lado correcto de la aeronave, se puede distinguir, allá a lo lejos, la sucesión de rascacielos, que desde la distancia se percibe como un todo, como un enorme y desmesurado buque atracado en la costa atlántica.
Lamentablemente, no hice fotos de ninguna de ellas.
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Pues te pido un favor entonces… ¿Cuál es el mejor lado del avión para aterrizar en Newark y ver Manhattan? Nunca fui a ese aeropuerto, voy a viajar en enero y me gustaría saberlo… Estimo que el derecho, pero no lo sé. Si me puedes ayudar, sería muy bueno!!!
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En teoría el derecho, sí, pero imagino que depende de los vientos que haya ese día en el aeropuerto. En Barcelona en teoría también es el derecho, pero si la aproximación se realiza desde el sur en vez de la habitual desde el norte (cosa que sucede uno o dos días de cada diez, más o menos) es al revés.
Foto de avión despegando (con Manhattan detrás): http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/69/Newark_Airport.JPG
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Gracias Diego. Así reservé los asientos 🙂
Con respecto a BCN, todos los vuelos provenientes de Madrid entraban antes desde el sur, pero hace un tiempo se quejó la población de El Prat por los ruidos y por eso sobrevuelan ahora toda Barcelona y entran paralelos a la ciudad desde el norte. Eso hace que se vean unas preciosas vistas barcelonesas. Alguna foto pude sacar (se las mandé al autor de este gran blog) hasta que la azafata me sacó tarjeta roja…jeje
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No he aterrizado en Ginebra pero he visto los Alpes desde el avión (De Madrid a Múnich, luego a Tirana, luego a Múnich y luego a Lisboa), ¿sirve?
Y tienes razón, en términos de aterrizajes urbanos, pocas cosas superan a Manhattan… Aunque tengo que confesar que me gustan mucho más los rurales.
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Hola, desde hace un tiempo que sigo tu blog, excelentes posts!
Con respecto a este,, he tenido la oportunidad de conocer varios aeropuertos en Sudamérica y Europa, de todos, me quedo con 3 vistas:
Estocolmo. En este aeropuerto-a diferencia de ti- llegué en junio, de día, y en un dia despejado, y es increíble la vista: ves bosques de pinos, lagos, y un cielo limpio hasta el horizonte, hasta las líneas de alta tensión que pasaban cerca se veían lindas entre medio de tanta naturaleza
Montevideo, si vienes desde Buenos Aires, poco antes de aterrizar, ves el río de la plata, ambos países a la vez, y a medida que te acercas a la ciudad, la ruta del avión pasa bastante cerca del centro, por lo que ves todos los edificios históricos, el bicentenario, etc, para finalmente llegar al que debe ser el mejor aeropuerto de la región.
Y finalmente Santiago de Chile, pero con ciertas condiciones: que vengas de Argentina, de noche, con cielos despejados y luna llena ¿por qué? Porque mientras sobrevuelas los andes, puedes ver el reflejo de los rayos de luna en la cordillera, y más allá las luces de Santiago, es lo más espectacular que puedas ver, ahora, si viajas de día, verás el smog, y ahí la vista no es tan linda 😉
Saludos!!!
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sorry, es “estadio centenario” no “bicentenario” saludos
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Caí en desgracia. A Estocolmo llegué de noche y en medio de una tormenta de nieve que casi cancela mi vuelo. A Montevideo llegué en barco desde Buenos Aires y me perdí la vista… Y Santiago de Chile no conozco. Me jodí 😛 Deberías compartirnos fotos de esos aterrizajes para publicarlos en la siguiente entrada 🙂
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Para aterrizajes urbanos, debió ser impresionante el del antiguo aeropuerto de Hong Kong Kai Tak, con los aviones casi rosando los techos de los edificios… Un saludo
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Mi entrada favorita, lejos, creo que de las mejores experiencias de viajar es mirar por las pequeñas ventanitas de un avión.
Lástimosamente, he sido muy boba y cuando he tenido la oportunidad de hacerlo no he captado el momento por alguna razón y cuando he querido Murphy me pone lejos de la ventanilla.
Pero, no se si será por que es mi casa, pero la verdad, la entrada a Bogotá siempre me ha impactado mucho, la combinación de retazos verdes del altiplano y luego la vista aérea de la ciudad es lo máximo.
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No había visto este post y me pareció muy bonito. Yo soy piloto y ni entre los colegas me había yo encontrado alguna opinión tan parecida a lo que yo siento al volar. Es justo eso, ver tanto de tan lejos. Y es que es justo al aterrizar que siento que estoy dando pasos por el mundo en calidad de gigante.
De la Ciudad de México a Centroamérica no son más de dos horas en jet, pero el mundo cambia tanto que sale uno de cordilleras y volcanes para aparecer en verdísimos planos rodeados del mar más azul. O hacia arriba, en poco se sale de Toluca (un llano gris y feo) y se está en Miami, un hermoso pantano azul industrial.
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