Seguimos con nuestra serie sobre ciudades del sur de África y hoy vamos a una capital que, por razones que desconozco, me han pedido demasiado últimamente: Maseru, Lesotho. Ahora, antes de empezar tengo que confesarles durante los meses que he tenido este blog, he escrito entradas difíciles, largas, disfuncionales, con dolor de país, históricas, en fin… ha habido entradas de diferente naturaleza pero ninguna como la de hoy. ¿Por qué? La respuesta es fácil: ¿Qué carajos escribe uno sobre una ciudad miniatura que es la capital de un país miniatura y donde no hay casi nada? Grandes retos señores, grandes retos. Pero bueno, dejaré de quejarme porque Maseru no tiene nada y trataré de que salga algo medianamente coherente para esta entrada… veremos cómo resulta al final. Por ahora, continuamos con la metodología de siempre y hoy tenemos: 7 particularidades que usted podrá encontrar al visitar esta mini-ciudad. Traigan café y acomódense que empezamos.
1. Estréllese con la desesperanza
En más de una oportunidad les he contado que para mi, una ciudad representa mucho más que lo que veo con mis ojos. Una ciudad es más que sus edificios, avenidas, centros comerciales, iglesias y gente. Hay un «no sé qué, no sé dónde» en el aire de las ciudades que determina cómo se siente uno en ese lugar y si le gusta o no. Ya lo había mencionado en mi entrada pasada sobre Maputo, una ciudad fea y agresiva a la vista pero encantadora y con un alma increíble. Y justamente ese «no sé qué, no sé dónde» fue lo que marcó mi visita a Maseru y me generó un sentimiento profundo y generalizado de desesperanza. ¿Pero de qué hablo? Les cuento. La única forma de llegar a Lesotho es a través de Sudáfrica, ya sea volando desde Johannesburgo al aeropuerto Internacional Moshoeshoe de Maseru o por tierra desde Johannesburgo o Bloemfontein. Yo llegué vía terrestre desde Bloemfontein después de un trayecto de aproximadamente 5 horas. Para mí, Sudáfrica siempre ha sido la tierra de la esperanza. Uno llega a ese país y siente que todo brilla, la gente brilla, el ambiente brilla, la tierra brilla… en fin, es un lugar positivo, alegre, vivo, agradable. Y aquí viene el problema. Al llegar desde Sudáfrica a la frontera con Lesotho, uno se estrella… literalmente se estrella contra una barrera de desesperanza. Lesotho se percibe gris, sombrío, oscuro, opaco. Ahora, físicamente la cosa no cambia mucho. Existen las mismas montañas de Sudáfrica, la misma gente, las mismas vías, las mismas construcciones… pero se siente diferente. Ya no hay luz, ya no hay esperanza, ya no hay alegría. Uno cruza la frontera de Lesotho y lo invade un sentimiento de oscuridad y desesperanza.
Y tengo que confesarles que es extraño por muchas razones. Primero, la frontera no es particularmente fea. Es decir, es un lugar ordenado, limpio, agradable – y créanme, he visto fronteras horrorosas – entonces no sería justo atribuirle el sentimiento de oscuridad que uno percibe al entorno del lugar. Segundo, y no sé si ustedes creen en eso o no, pero en la frontera entre Lesotho y Sudáfrica se siente una barrera extraña y tiene una energía extraña que a mí y a mis compañeros de viaje nos desubicó y nos alteró. Luego uno se interna en Maseru – que está ubicada justo sobre la frontera – y el sentimiento sombrío y oscuro persiste… es como si una nube gris se hubiera posado sobre la ciudad a pesar de que uno miraba al cielo y la nube no estaba ahí. Pero más allá de eso, lo extraño es que todas las personas que ingresaron a Lesotho conmigo tuvieron exactamente la misma percepción y la palabra que la mayoría de ellos usó fue justamente esa: desesperanza. ¿Extraño? Sí, demasiado. Ningún otro lugar del mundo me había producido ese sentimiento. Incluso, ciudades mucho más pobres que Maseru donde uno creería que la desesperanza y negativismo sería mayor, eran ciudades alegres y con vida. En Maseru no ocurre nada de eso. Es una ciudad oscura y sombría.










2. Amaneceres y atardeceres que te quitan la respiración
Sombría y oscura o no, Maseru tiene indiscutiblemente unos de los mejores amaneceres y atardeceres que he visto en mi vida. La ciudad está ubicada en un pequeño valle rodeado por las Montañas Maloti que le dan un toque particular al lugar. Pero las Maloti son bastante particulares. No se parecen a los Andes, no se parecen a los Alpes, no se parecen al Himalaya. No son montañas puntudas con grandes acantilados; por el contrario, son montañas bajas y generalmente planas en la cima. En mi concepto, absolutamente maravillosas, sobre todo cuando se contrastan con los colores naranja, rojo y amarillo que aparecen durante los atardeceres de Maseru y que hacen de la ciudad un lugar mágico cuando se pone el sol.
Los amaneceres son igualmente deslumbrantes. Sin tanto color como los atardeceres, el inicio del día en Maseru está dominado por una neblina que aparece tímidamente en el horizonte y empieza a penetrar lentamente la ciudad para luego pasar por entre los escasos edificios del centro contribuyendo con el aspecto sombrío del lugar al tiempo que le da un aire de misterio. Conclusión: No se vaya de Maseru sin haber visto un atardecer desde alguna colina (yo lo vi desde el hotel Lesotho Sun) y sin haberse levantado muy temprano para ver el amanecer. Créanme, los 2 los dejarán con la boca abierta.













3. Deje que el ritmo haga de las suyas con usted
¿Ritmo? ¿En Lesotho? ¿En serio? Pues sí señores. Quién iba a creer que una mini-ciudad perdida en medio de las montañas de África Austral tendría ritmo… ¡Y qué ritmo! Ahora, no crean que hay discotecas por todas partes o que hay un gran festival de baile que se toma Maseru. No, Maseru es más bien calmadito – de hecho nunca pasa nada -. Pero como la mayoría de las cosas maravillosas que le regala a uno África, el ritmo aparece de la nada y lo toma por sopresa. El ritmo está pero hay que tener suerte para verlo. ¿Pero de qué carajos hablo? Les cuento la historia. Íbamos caminando mis amigos y yo por las escasas, escasísimas calles de Maseru cuando decidimos entrar a una estación de gasolina a comprar agua – en el siguiente punto les cuento por qué -. Estábamos en nuestros asuntos tratando de que nos recibieran Rand – la moneda de Sudáfrica – para pagar unas cuantas botellas de agua cuando de repente empezó a sonar una música extraña. No era una música que conociéramos. No me pregunten qué era porque nunca supe, lo que sí les puedo decir es que apenas salimos de la estación había una mujer lesotense bailando en plena calle frente a una amiga suya sin importarle que 25 colombianos desubicados se hubieran quedado parados justo al frente de ella para verla con cara de asombro. Tengo que decirlo, a todos nos cautivó… a tal punto que duramos unos 15 minutos viéndola bailar y tratando de decidir si alguno de nosotros tenía la suficiente valentía para salir a bailar con ella. Al final, la vergüenza nos pudo y ninguno salió, pero esta lesotense indiscutiblemente nos había alegrado el día demostrándonos que si algo hay en Maseru es eso: Ritmo. Los dejo con el video de nuestra estrella de Maseru:
4. El mundialmente conocido «Maseru Bug»
La primera recomendación que recibimos al llegar a Lesotho fue: ¡Cuidado con el Maseru Bug! ¿Pero qué carajos es el Maseru Bug? Tuvimos grandes debates al respecto. Unos decían que era una cucaracha gigante que volaba por los aires, otros decían que era una especie de gusano que se le mete a uno entre la piel y se le come las entrañas. Claro, nos había dado diarrea mental porque el famosísimo Maseru Bug no era nada de eso. Resulta que Su Excelencia el señor Letsie III, Rey de Lesotho, y el señor Tom Thabane, primer ministro del país podrán tener muchas ocupaciones en sus vidas… eso sí, potabilizar el agua de Maseru no ha sido una de ellas. Entonces la cosa funciona así: usted está tranquilo en su hotel disfrutando de la maravillosa vista de la ciudad por la ventana mientras se lava los dientes y, por una de esas casualidades de la vida, se pasa un poco de agua… ¡Ahí es cuando el Maseru Bug hace de las suyas! Usted termina con el estómago destrozado y su próximo destino lo puede escoger entre las siguientes opciones: un baño con mucha ventilación o un hospital – que en Lesotho no debe ser la mejor opción -. Recomendaciones: No tome agua de la llave, no se lave los dientes con agua de la llave, cierre la boca cuando se esté bañando y siempre, siempre, siempre, siempre tome agua de botella. Se ahorrará una visita al médico y se asegurará de poder disfrutar sus días en Maseru.
5. La ciudad de los ministerios
Y entonces uno sale a caminar Maseru para ver qué hay por ahí. Camina la calle principal, camina la calle Juan Pablo II, camina la otra calle más pequeña de allá y el panorama es similar. Aquí ve el Ministerio de Salud, más allá ve el Ministerio de Finanzas, luego ve el Ministerio de Educación y después ve el Ministerio de Agricultura. ¿Dónde están los cafés? ¿Dónde están los supermercados? ¿Dónde está el resto de la vida de una ciudad? Señores, lamento defraudarlos pero eso en Maseru no existe. La ciudad está dominada por edificios gubernamentales donde la gran mayoría de ellos son ministerios. No espere ver mucho más que eso – y de paso, tampoco espere que le dejen tomar fotos… está prohibido -. Entonces relájese y disfrute una de las pocas cosas que puede estar seguro de encontrar en Maseru: MINISTERIOS.





6. Un gorrito por aquí, otro gorrito por allá… y otro más allá
¿Ustedes han visto una bandera de Lesotho? Pues el azul significa el cielo y la lluvia, el blanco la paz y el verde la tierra fértil de Lesotho… pero nada de eso nos interesa. ¿Han visto qué hay en la mitad de la bandera? Pues ese gorrito raro es lo que los lesotenses conocen como el Mokorotlo, es decir, el sombrero basotho – osea de los habitantes de Lesotho -. El Mokorotlo se convirtió durante el siglo XX en el símbolo de la nación lesotense – o Basotho, como la llaman ellos -. En años anteriores era de uso exclusivo de los hombres y se usaba únicamente cuando se iba a visitar al jefe de la comunidad mientras se cantaba una canción tradicional conocida como Mokorotlo – y de ahí el nombre del sombrero -. Posteriormente, con el paso de los años, las mujeres comenzaron a fabricarlo y a idear diferentes diseños para el sombrerito que se había convertido en un souvenir bastante atractivo para los europeos y, en consecuencia, una nueva fuente de ingresos para los habitantes del país.
De cualquier forma, el famoso sombrerito está en la bandera, en las placas de los carros, en los mercados, en los edificios, en los camiones de bomberos y hasta en la cabeza del Rey que suele hacer sus apariciones públicas usándolo. Así como Maseru es la ciudad de los ministerios, también es la ciudad de los sombreros lesotenses. Les aseguro que los verán literalmente EN TODAS PARTES.








7. ¿Trajeron una lupa?
Como dice el título de esta entrada, Maseru es una ciudad en miniatura… y para hacerle honor a este calificativo, la gran mayoría de lugares en la ciudad son justamente así: diminutos. Y tiene lógica, ¿para qué construir una súper estación de bomberos cuando sólo necesitamos una mini-estación para la ciudad? Lo mismo aplica con los bancos, los colegios, el parlamento y hasta el palacio del rey. A todos les aplica la palabra mini. Vean:












Y hasta aquí llegamos por hoy en nuestra visita a Maseru. Quería hacer más puntos pero tengo que confesarles que no se me ocurrió nada más – o Maseru no dio para más… ustedes escojan -. En todo caso, si me preguntan a mí, la capital de Lesotho es imperdible. Justamente su tamaño miniatura es lo que la hace encantadora. Eso sí, no pidan visa por más de 2 días porque al tercero ya estarán a punto de enloquecerse del tedio. 2 días es más que suficiente para que ustedes experimenten una de las 2 mini-capitales de África Austral – luego hago una entrada sobre la otra, Mbabane en Swazilandia -.
Antes de terminar y ya que estamos dedicados a África austral por estos días, les dejo algunas entradas anteriores que les pueden gustar:
- 7 Particularidades que hacen de Maputo (Mozambique) uno de los Caos más Encantadores de África
- Gaborone: una ciudad que nació para materializar el tedio extremo
- Así, fácil: Ciudad del Cabo, la mejor ciudad del mundo
- Genocidios Olvidados: Alemania y el exterminio de las poblaciones Herero y Nama en Namibia
- La Ciudad de Oro: Una caminata por el Centro de Johannesburgo, Sudáfrica
- Sudáfrica bajo el Régimen del Apartheid en la Década de 1970
- Malawi: La salida del sol, un problema nacional
- Mugabe y la Desgracia de Zimbabwe
Ahora sí, hasta aquí llegamos. Nos vemos en una próxima oportunidad con algún otro lugar de África Austral. ¡Adiós pues!
Geográficamente hablando lo que me fascina de Lesotho es que es un país encajado DENTRO de otro país. Hay otro caso igual? No creo…
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Sí señor: San Marino y el Vaticano 🙂
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Tal vez no da para mas, pero genera mucha curiosidad una ciudad así… Conociste algún otro lugar de Lesotho? Cual es tu impresión de la gente?
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Hola Arturo. En esa oportunidad sólo visité Maseru. Luego, en otro viaje, fui a la zona de los Drakensberg en el occidente del país. Como me imaginé, Maseru es la única «ciudad» de Lesotho, el resto son zonas rurales bastante abandonadas por el gobierno y, en consecuencia, pobres. Eso sí, los paisajes son increíbles.
La gente es amable. Un poco seca para mi gusto y les cuesta relacionarse con los extranjeros. Yo los definiría como «calmados», es decir, bastante diferentes del africano promedio que suele ser mucho más abierto y alegre.
Saludos.
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Quiero ir a tu siguiente viaje. Es una orden, no un deseo!!!
Pregúntale a D. Diego, de fronterasblog: soy de fiar!!!
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Jjajajaja no escogiste una referencia muy confiable (acá entre nos, Diego está un poco demente… pero no le digas nada porque me regaña).
Dale, eres más que bienvenido. En junio vuelvo a África Austral y en diciembre voy a Asia Central. ¿A cuál quieres ir?
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El África austral, sin duda. Ahora en febrero me voy a Tailandia y aprovecharé para ver Camboya también.
Este fin de semana lo paso en Holanda, donde, por una serie de circunstancias, aún no había estado.
Cuál es tu próximo destino? Yo me muero por Namibia!!
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Pues por ahora iré a algún lugar del Caribe en semana santa y luego en Junio será Sudáfrica, Zimbabwe y Namibia. Con Namibia tienes razón, es espectacular.
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Interesante… muy interesante… Te dejo mi correo: franciscojaviersc@yahoo.es. Hablamos!!!!
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Buen artículo! Una pena eso que contás del ambiente de «desesperanza» que se vive allá en Lesotho, me imagino que tendrá algo que ver el hecho de estar rodeado del país más próspero de África…
Saludos!
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Hola Nicolás,
La verdad no sé si tenga que ver con eso. Se me ocurren otras razones: la tasa tan alta de infección de VIH, unas políticas públicas poco eficientes, pobreza generalizada… no sé. Habría que hacer un análisis profundo del asunto. Saludos 🙂
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Desde pequeño cuando miraba los mapas, siempre me causaba curiosidad ese enclave, ¿Un país que solo tiene frontera con otro mismo al rededor? y hoy vengo, y al final me doy cuenta que es el mismo. Curioso, ¡Esos atardeceres! Seguro que yo estaría encantado de ver uno, qué maravilla.
¡y esa Alliance Française! Que pequeño todo.
Una entrada genial, Africa cada vez me está pareciendo más interesante y bueno, es que no sabía nada de nada.
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África es interesantísima. No te permitas no ir 🙂
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De pequeño cuando miraba el atlas que había en la casa y veía la bandera de Lesoto pensaba que el sombrerito era una bailarina como esas de las cajas musicales y pensaba «bueno cada quien pone en su bandera lo que quiera»
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Hay tantos ministerios en Maseru que no es extraño que haya un «Ministerio de ministerio»
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Tal cual.
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Hola amigos! Les escribo porque en Abril 2017 vamos a estar por Sudáfrica y luego de Cape Town y Pto. Elizabeth queremos pasar dos noches en Lesotho, casi seguro en Maseru. La cuestión es que no sabemos bien en qué llegar hasta allí desde la última ciudad que mencioné. La idea es continuar luego de Maseru hasta Mbabane, y también necesitamos ayuda con ese trayecto.
Es un encuentro muy productivo el toparnos con este blog, un lujo!
Esperamos sus aportes y muchas gracias!
Saludos!
Nacho y Nati.
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Hola Nacho. En Sudáfrica no vas a tener problema porque hay buses frecuentes. Probablemente de Port Elizabeth tendrás que subir a Bloemfontein y allí cambiar de bus a Maseru.
Ahora, para ir de Maseru a Mbabane sí se te puede complicar la vida porque no creo que haya uno directo. Probablemente tendrás que subir a Johannesburgo y luego volver a bajar.
¿No han pensado en alquilar un carro? Son muy baratos, las carreteras son excelentes y es muchísimo más fácil.
Saludos.
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